Políticos e intelectuales
Autor: Valentín Paz-Andrade
Data de publicación: 19 de setembro de 1922
Medio: Galicia, 49, Vigo, 19 de setembro de 1922, p. 1.
La vida actual de Galicia, estudiada paralelamente en el orden político y en el espiritual, ofrece un significativo contraste. Se advierte, en efecto, que decae el crédio y el prestigio de los políticos, a la par que crece y se exalta el fervor por los artistas. Coinciden simultaneamente, en esta época de nuestra historia, la plenitud en el predicamento de los intelecutales con la pérdida del ascendiente popular en los valedores públicos.
Nunca, como ahora, fué tan efímera la gloria de los llamados hombres de gobierno, que apenas muertos ya ni el agradecimiento de sus favorecidos ahijados les recuerda. Nunca, como ahora, estuvo tan felizmente dispuesta el alma innumerable para rendir, en tiempo, a la obra de los genios la merecida consagración. Si antaño eran los poetas, en busca de la merced y de la dádiva, los primeros a sentar plaza en la corte de la adulación a los validos, hoy son estos los que sacuden a la mesa de los artistas, persiguiendo acaso efectos que les reconcilien un poco con la adversidad ambiente.
El fenómeno responde a causas naturales y a un claro sentido patriótico. El pueblo gallego siente la necesidad de repudiar a los políticos, porque estos han vivido siempre en divorcio con el alma del país. No han sabido, no han acertado a convertirla en leif motiv de sus actuaciones. Han olvidado y desatendido las ansias de la tierra y han menospreciado el espíritu de la raza.
Frente a esa sistemática y desleal postergación, se han erguido, para repararla, los intelectuales. Los artistas y los escritores han encontrado de nuevo el alma de Galicia, la han reencarnado, convirtiéndola en musa gloriosa de sus creaciones.
Y, entonces, el pueblo, que se siente idealizado en la obra de cada artista, mientras se ve negado en la labor de sus gobernantes, vuelve la espalda a sus históricos usufructuadores para entregarse encendido en devoción al amor de los que lo glorifican espiritualmente.
Registremos alborozados el contraste, que puede ser fecundo.
Si en los futuros tiempos la vida pública en Galicia ha de caracterizarse por una menor preponderancia de los políticos, a cambio de una mayor comprensión y de un influjo pleno de los intelectuales, los destinos de la raza habrán variado felizmente.
Si las muchedumbres no pueden vivir sin ídolos, que estos sean sus genios.
El fetichismo a los pastores políticos, torna a los pueblos en hatos y los conduce a la esclavitud civil.