"El futuro Parlamento debe variar la estructura centralista"
21/01/2013
Reproducimos unha entrevista realizada por Soledad Álvarez-Coto a Valentín Paz-Andrade e publicada no suplemento dominical madrileño do diario El Pais o 27 de febreiro de 1927.
EL PAIS. Usted fue elegido por las fuerzas políticas gallegas para representarlas en el seno de la comisión negociadora de la Oposición con el Gobierno ¿Cual es su impresión de estas negociaciones y que espera la oposición gallega de ellas?
PAZ-ANDRADE. La comisión de la Oposición ha estudiado una propuesta que a su vez ha sido elaborada en una comisión técnica designada al efecto por nosotros, la cual ha elaborado realmente un proyecto de leu dónde se recogen todos los aspectos fundamentales que una ley electoral hecha a la altura de nuestro tiempo debe contener. Suponemos que estas líneas matrices marcadas por nosotros no tendrán mas carácter que unas propuestas que estudiará el Gobierno para luego elaborar la ley electoral
El proyecto que hemos presentado tiene algunos puntos que pudiéramos considerar específicos como por ejemplo el mínimo de diputados por provincia, que hemos establecido que sea al menos de dos, pues se consideraba que precisamente las provincias mas necesitadas de representantes son a la vez las que tienen menor población por su marginación a través de la Historia.
EP. ¿Puede ser este el caso de Galicia dada su gran emigración?
PA. Si. En dos provincia de Galicia -Orense y Lugo- podría aplicarse este punto de vista, ya que han sido marginadas a través de la historia y se ha originado un exceso de despoblación. En estas provincias, el censo no corresponde a sus habitantes, que se hallan desperdigados en varios países de Europa y América, y en otras regiones españolas.
EP. Volviendo sobre el tema planteado inicialmente ¿Que esperan la fuerzas políticas gallegas de las negociaciones con el Gobierno?
PA. Galicia espera que el proceso político se conduzca hacia un Parlamento que puede variar la estructura centralista de la Administración española y que reconozca cuando menos, a las nacionalidades y regiones que tienen una personalidad histórica y que, además, tienen motivos fundados para considerar víctimas de una Administración centrípeta, monolíticamente ejercida.
Galicia es un ejemplo típico y en esta coyuntura histórica se juega precisamente la posibilidad de adquirir un régimen autonómico que pueda afrontar directamente la solución de sus problemas que en tantos siglos de centralismo no han hecho más que exacerbarse.
EP. ¿Galicia se contentaría en estos momentos con las soluciones de años anteriores sobre su autonomía, como por ejemplo el Estatuto de 1936 o pretende un reconocimiento más explícito?
PA. De momento se parte del Estatuto que fue plebiscitado en el año 1936, y no porque realmente sea una pieza legislativa que resuelva todos los problemas en este momento, sino porque es un punto de partida y es una norma que se aceptó democráticamente en su día. Ahora bien, el proyecto definitivo, aquel que haya de cristalizar en ley tiene que salir de las futuras Cortes, cuando estas establezcan una nueva Constitución federal, o si no se llama así, que al menos reconozca la autonomía de las regiones.
EP. ¿Pero las fuerzas políticas gallegas defienden un Estado federal o tan solo reivindican el reconocimiento efectivo de su autonomía?
PA. Se parte del principio autonómico. Ahora bien, naturalmente hay partidarios de que el Estado sea federal y que Galicia sea uno de los Estados integrados en la Federación; y los hay con menores exigencias en esa orden aunque en todos modos opuestos al centralismo. Si se ha de ser una solución o otra, no lo pueden decir mas que las urnas, por tanto todo está pendiente de las elecciones y de las Cortes que surjan de esos comicios.
EP. ¿Por que de las tres nacionalidades con tradición histórica -País Vasco, Cataluña y Galicia- esta última ha sido la menos reivindicativa en los últimos años?
PA. Porque ha sido la más castigada, la más debilitada, la que ha vivido repartida entre el suelo natal y otros países. Así ha perdido la concentración de energías que, en cambio, han permitido a Cataluña y al País Vasco producir sus estados de rebeldía y tenerlos siempre despiertos. Es decir que el problema tiene sus afinidades con el problema vasco y con el problema catalán pero tiene también sus divergencias.
Además de las apetencias autonómicas que son comunes a las tres nacionalidades, Galicia tiene frente al Estado español una cuenta muy copiosa de agravios a liquidar. Aunque el centralismo haya sojuzgado a nacionalidades como Cataluña y el País Vasco, no las ha empobrecido. En cambio ha empobrecido a Galicia y ha hecho que el fenómeno de la emigración se hiciese crónico y desde hace un par de siglos. Galicia ha perdido constantemente población, mientras las otras dos nacionalidades y casi todo el resto del país se encuentran en un periodo de crecimiento demográfico.
EP. Este fenómeno crónico de la emigración al que usted alude ¿no se ha debido en gran parte a la nula planificación económica de Galicia?
PA. La emigración en Galicia ha producido una depresión agro-económica y agro-social verdaderamente lamentable. El problema es muy grave, porque Galicia tiene condiciones especialísimas por su condición en el mapa, por su manto vegetal y por su perennidad del tapiz de hierba que la cubre, por su arbolado y por su ganadería. Aún hoy, Galicia es seguramente la región mas ganadera de España, pero no es todavía la región ganadera que debiera ser.
La política económica del país no se preocupado por estudiar estas condiciones para el desarrollo que tiene nuestra región. Este abandono del Estado español tiene otras características depresivas. Galicia ha sido una región incomunicada, amurallada por su orografía y es afora cuando ha empedado a hace los accesos a Galicia. La carencia de industrias básicas ha originado también un desarrollo industrial secundario.
EP. Usted como especialista en la economía gallega ¿es partidario de una industrialización de Galicia o más bien defendería una economía basada en la riqueza agropecuaria?
PA. El desarrollo tiene que ser equilibrado. No soy partidario de un desarrollo que no sea a la vez agropecuario-forestal e industrial. La planificación del desarrollo de Galicia tiene que comprender estas dos directrices: debe ser una región fuertemente agrícola principalmente ganadera y mucho más industrializada de lo que es.
Además hay un tercer aspecto y es lo que pudiéramos llamar el olvido de los valores de situación de Galicia. Nuestra región es la única atlántica de España -o casi la única- por donde han circulado los grandes tráficos del mundo. Tenía las mejores condiciones por su emplazamiento estratégico -a la entrada de Europa- por el calado de sus rías, para poder establecer una economía con base a su litoral que fuese la clave de un desarrollo extraordinario. El Estado español no ha visto nunca lo que dejo la naturaleza en Galicia.
EP. En esta línea ¿que soluciones inmediatas ve usted para potenciar el desarrollo económico gallego?
PA. El desarrollo de un programa económico-social de un país es una planificación económica, una serie de estudios que se denominan, en términos económicos el despegue. En la primera fase del despegue está el desarrollo y después la fase de la culminación. todo esto hoy tiene y carácter técnico y necesariamente hay que elaborarlo y estudiarlo.
De todos modos, ciertas directrices que se han olvidado están claras, como es la potenciación del campo -comenzando con el problema de la vivienda rural, el problema de la sanidad y el de la enseñanza, aparte de otro problema que es el problema de la lengua. Este tiene mucha mayor importancia en Galicia que en el País Vasco o Cataluña
EP. Sin embargo, parece que en Galicia el problema respeto a la utilización de la propia lengua no se siente tan enraizadamente como en Cataluña o País Vasco.
PA. El problema de la lengua es uno de tantos problemas graves que hay que solucionar en Galicia. El niño que oye hablar en gallego a su madre, llega a la escuela y hay un maestro castellano que no entiende el gallego y empieza a luchar para entenderse con este niño. De modo que este niño aprende las primeras letras tiene los primeros contactos con la cultura a través de unos instrumentos que son los menos adecuados para que pueda sacar un fruto brillante. Es decir que al niño hay que hablarle en su lengua y después de que él sepa la nociones culturales en su lengua es el momento de iniciarle en otra
Aquí se han ignorado axiomas educacionales muy difundidos y propagados por la UNESCO de que es necesario enseñar la lengua materna además de enseñar la del Estado.
EP. Esta reivindicación de una lengua propia y una cultura propia ¿está fuertemente entroncada en la mayoría del pueblo gallego?
PA. Hoy en Galicia el 75 por ciento de la población habla gallego y el resto entiende gallego. Pero además el gallego está en un momento de florecimiento se publican más de cien libros al año escritos en gallego, hay semanarios en gallego y se está estudiando editar un diario en gallego.
Pero no se trata solo de eso. El problema de la lengua no se limita a los contornos regionales, sino que la lengua en Galicia es la lengua de Portugal, de Brasil, de Angola, de Guinea, de Mozambique. Es la lengua de 150 millones de hombres. Hay que plantearse el problema de si un instrumento que tiene esta eficacia y esta proyección se puede perder. Sería un empobrecimiento para España, no solo para Galicia.
EP. Y pasando de las reivindicaciones culturales a las específicamente políticas ¿que hay del intento de crear cara a las elecciones, una plataforma de todas las fuerzas democráticas gallegas con un programa común?
PA. Ante el exceso de siglas de grupos de divisiones cosa no deseable pero en medio de todo explicable después de cuarenta años de sometimiento a un monólogo se está intentando elaborar unas listas comunes de diputados y senadores que representen auténticamente a Galicia para que ésta pueda dar la batalla que tiene que dar en las próximas Cortes de la Monarquía Democrática.
EP. ¿Y que puntos específicos tiene ese programa común?
PA. Tiene en común principalmente, con mayor o menor intensidad, el principio de que Galicia tiene que conquistar su autonomía
EP. ¿Y hasta donde piensa que puede llegar esa autonomía?
PA. Este proceso ya no solo depende de Galicia. Galicia reivindica un cierto tipo de autonomía pero el techo de la misma lo colocará el Estado español a través de las leyes que establezcan las Cortes constituyentes.
EP. Entre las reivindicaciones de Cataluña está el restablecimiento de la Generalitat. En Galicia parece sin embargo que no se reivindica con mucha fuerza el restablecimiento de las Xuntas de Galicia.
PA. La comisión negociadora de la Oposición propone en el documento sobre nacionalidades el restablecimiento de una Xunta de Galicia previa a las elecciones y de otras instituciones semejantes en Cataluña y el País Vasco. Como la elecciones se van a realizar conservando los tinglados del franquismo -diputaciones, ayuntamientos, Movimiento- pues no creo que puedan desmontarse antes, exigimos que se cree un órgano superprovincial en cada una de estas regiones que vigile la pureza electoral.
EP. ¿Piensa usted que la ley electoral que se está gestando va a ofrecer a las nacionalidades posibilidades para que éstas estén auténticamente representadas en las futuras Cortes?
PA. Nosotros estamos haciendo canto podemos para que ello sea así. no solo los tres representantes de las nacionalidades de la comisión, sino la gran mayoría de esta comisión que ha rendido batallas por ciertos puntos importantes que se pretenden llevar a esa ley electoral para que los restos se computen regionalmente y para que haya un mínimo por provincia. Pero el Gobierno tiene que decir su última palabra. Poco importa lo que nosotros nos esforcemos: las cosas en el Gobierno se entienden y planifican de otra manera.
EP. ¿Cree que el caciquismo del que tanto se ha hablado en Galicia seguirá teniendo fuerza en estas elecciones?
PA. No. Hoy no. Hoy todo eso se ha desvanecido, afortunadamente.